¡Hola! Me llamo Marta

Adoro la naturaleza y las artes visuales.

Cuando estoy en contacto con la naturaleza siento una preciosa sensación de libertad y conexión conmigo misma, al igual que ocurre cuando dibujo o me permito pasar 4 horas editando un fotomontaje por placer. Algo similar ocurre cuando practico yoga, así que se ha convertido en una parte fundamental de mi rutina diaria.

Cursando la carrera de arquitectura en la Universidad de Granada, descubrí que estaba en desacuerdo con la forma en la que se suelen comunicar los proyectos a la gente que va a habitarlos.

¿Planos? ¿Secciones? ¿Quién entiende eso? ¿Cómo es eso de que el cliente debe “confiar” en el arquitecto?

Teniendo herramientas y tecnología al alcance de nuestra mano, siempre me pareció mucho más útil crear imágenes, representar las 3 dimensiones que tiene el espacio y mostrarlo a la sociedad.

Los planos, las secciones y el lenguaje refinado y lleno de terminología técnica está genial para comunicarnos entre nosotros, los profesionales de la arquitectura y la construcción.

Sin embargo, me parece fundamental facilitar la comunicación de los proyectos de arquitectura a la sociedad. En mi caso, la comunicación visual.

Mi vida laboral comenzó como empleada en un estudio clásico de arquitectura durante 3 años. Mis funciones eran variadas, me gusta llamarlo “arquitecto multiusos“. Por mi experiencia, la propia carrera es la que te prepara para “buscarte la vida” y apañarte para saber un poco de todo.

Sin embargo, mi sensación era que realmente no estaba contribuyendo a la arquitectura de esa forma.

Fue duro decidir especializarme y optar por estar en la periferia de la arquitectura. Recibía continuamente comentarios del tipo “¿Pero tú eres arquitecta arquitecta?” “Si no vas a hacer arquitectura, ¿para qué estudiaste la carrera?”

Por suerte, existen arquitectos como Stepienybarno (con los que tengo la suerte de colaborar actualmente) que llevan años compartiendo contenido de valor acerca de las múltiples opciones laborales que podemos realizar con nuestra profesión

A día de hoy, me alegra muchísimo haber tomado esa decisión,

En mi opinión, si trabajamos en equipo todo mejora, tanto la calidad del proyecto de arquitectura como nuestra propia calidad de vida. ¿Quién no ha pasado unas cuantas noches sin dormir por tener más trabajo del que un ser humano puede abarcar y con unos tiempos de entrega más apretados de los que sería razonable asumir?
A eso me refiero.

Actualmente, dirijo esta empresa de visualización y me alegra pensar que he ayudado a más de 30 clientes del sector a sacar partido visual a sus proyectos de arquitectura con más de 200 visualizaciones

Me gusta llamarla Visualab 317 porque, para mí, la visualización es como un laboratorio en el que hay que estar continuamente experimentando para conseguir el objetivo visual de los proyectos.

Por supuesto, mi trabajo no tendría sentido sin la ayuda de mis colaboradores.

Sé que esta frase está muy vista, pero me da igual. Son grandes profesionales y mejores personas.

Contando con ellos, parte de los proyectos que realizamos siguen procedimientos colaborativos y forman parte de proyectos realizados con metodologías BIM.

Por aquí dejo una breve descripción para que los puedas conocer.